La estación de otoño está en su pleno apogeo en nuestra zona, los Montes de Toledo. Una estación fría pero con gran belleza.
En otoño, el campo es para vivirlo, para disfrutarlo. Los árboles tiran sus hojas y el campo está divino con sus tonalidades ocres, rojas, amarillas y naranjas. El suelo cruje cuando pisas las hojas secas y las setas crecen entre ellas.
El paisaje que nos rodea es tan especial que no nos hemos podido resistir a pasar una jornada en la zona del Chorrillo y los Nogales.
Doy las gracias, como siempre, a la participación de la familia, que se han prestado para el transporte de los alumnos de infantil, primero y segundo.
Los más mayores del cole se han atrevido a realizar a pie toda la ruta de ida y vuelta.
Hemos llegado y los niños han practicado el juego libre y jugado con las hojas secas. Después, hemos visitado y bebido en la fuente El Chorrillo.
Entre todos hemos buscado en el suelo y hemos hecho una gran colecta de frutos y otros elementos del otoño: bellotas, nueces, setas, agallas, hojas curiosas...
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